Carlos Marx, Federico Engels, V.I. Lenin y José Stalin, nos han enseñado, -y la historia universal de las luchas de clases lo confirman-, que, las expresiones políticas e ideológicas de los personajes, las sociedades e incluso de las revoluciones, no son más que otros tantos impulsos de las verdaderas contradicciones materiales que emergen de las entrañas de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las anquilosadas y caducas relaciones sociales de producción.
En México se están creando todas las condiciones para que exista continuidad de la llamada 4T, que tiene como objetivo principal restituir la caída de la tasa de ganancia, después de las últimas crisis cíclicas del capitalismo, utilizando la promoción estatal para grandes megaproyectos que generen mejores condiciones para la acumulación capitalista por medio de la industrialización y proletarización del sureste del país, desarrollando las fuerzas productivas, mejorando la infraestructura, creando nuevas ramas industriales, (incluyendo la agroindustria) en el centro y norte del país para mejorar la circulación de mercancías, reactivar el mercado interno, sin perder ninguna oportunidad para que México esté en mejores condiciones en el mercado mundial capitalista-imperialista como puente entre los capitales para inversión al mercado de Estados Unidos en estos momentos ya superando a los chinos, aprovechando que hay en México una fuerza de trabajo joven, y “redistribuyendo” la riqueza para mantener en pie al proletariado y en mejores condiciones para la explotación asalariada.
La política del “Humanismo mexicano” y del “Estado de Bienestar” de la 4T ha dejado en claro que las medidas “progresistas” y del “primero los pobres” no entra en contradicción con la continuidad neoliberal y de carácter de clase burgués del mismo. Porque la política neokeynesiana no ha significado ningún costo para las ganancias de los capitalistas, por el contrario los banqueros han tenido ganancias record a lo largo del gobierno de la 4T, y los grandes monopolios han aumentado sus ganancias superando el nivel pre-pandemia, teniendo ganancias que superan con mucho el de años anteriores.
Este es realmente el “éxito” material con un contenido de clase bien definido de la 4T, es un hecho que el nivel de extracción de plusvalía de la clase obrera mexicana ha crecido en los últimos años, y a su vez el nivel de concentración y centralización de ganancias está batiendo record y que la burguesía necesita coronarlos, y para ello se requiere la continuidad política dada la eficacia que ha mostrado para la clase dominante, porque están generando mejores condiciones políticas y económicas para extender, profundizar y perfeccionar la explotación del trabajo asalariado, modernizando y desarrollando a nuevos niveles el capitalismo.
Apenas estamos ante el inicio de México, como un eslabón importante en la cadena de la producción capitalista mundial, que va cambiar la fisonomía de las ciudades, las carreteras, el transporte, la cultura, simplificando de forma más nítida la contradicción entre el capital y el trabajo, entre la burguesía y el proletariado.
Este camino ya ha iniciado proletarizando el sureste del país, fortaleciendo la industria, desarrollando las fuerzas productivas y la industrialización con nuevos corredores industriales, pero que este camino iniciado requiere de una fuerza política o una combinación de fuerzas políticas que desde la llamada “división de poderes” y de toda la organización constitucional y del Estado burgués mexicano, imponga su dictadura (fortaleciendo el ejército) y “aminore” sus contradicciones internas y avancen hacia la solución de sus contradicciones, tratando de prolongar la vida del sistema capitalista-imperialista de producción y de ampliar su hegemonía sobre la clase obrera, los campesinos pobres y los pueblos de México, y de contener nuestra intervención consciente, organizada, ordenada y planificada a través de la Revolución Proletaria, que los ponga en el basurero de la historia.
Lo que hasta ahora se ha definido en el bloque que apoya a Xóchitl Gálvez y en el bloque que apoya a Claudia Scheimbaun así como los movimientos que se están realizando por parte de Marcelo Ebrard y Movimiento Ciudadano, los nuevos partidos y de todos aquellos personajes y personajillos, tanto de la 4T, como de la derecha y ultraderecha fascista-golpista que por algún partido burgués o de manera “independiente”, aspiran a ocupar alguno de los 20, 263 cargos de elección popular, que estarán en disputa el 2 de junio del 2024 (entre otros: la Presidencia de la República; los 500 diputados y 128 senadores al Congreso de la Unión; y, 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, entre otros), esto para favorecer la correlación de fuerzas a favor del sistema capitalista-imperialista, -y particularmente la oligarquía financiera- en México, trataran de aceitar su Estado burgués, como la maquinaria de opresión y explotación que administra todos los intereses generales de los capitalistas.
El escenario actual es una oportunidad y un desafío para la clase obrera, es una oportunidad para esclarecer que el único camino de cambio que favorezca a la clase obrera y las masas populares, está en no esconder nuestros objetivos políticos, banderas, y símbolos comunistas, nuestra táctica de acumulación revolucionaria de fuerzas, del frente único del proletariado y los pueblos de México: la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México; insistir en que detrás de cada figura o partido político, están los intereses de clase bien definidos, más allá del discurso inmediato, estas personalidades y partidos encarnan relaciones económicas, y en este caso son los de la clase dominante, y el desafío para la clase obrera primero está en mantener nuestras fuerzas organizadas, segundo acumular fuerzas por medio de la movilización, lucha a nivel nacional, defendiendo nuestros sindicatos, salario, trabajo, pero principalmente fortaleciendo la unidad y extendiendo la lucha a nivel nacional, para elevar las formas de lucha y organización para la victoria de nuestra Revolución Proletaria.