Para este año, la apuesta por el crecimiento económico de la “Cuarta Transformación” (4ªT) está en los megaproyectos de muerte, característicos del neoliberalismo pasado. El proyecto del tren en el sur del país busca generar ostentosos contratos con los más grandes oligarcas, dedicados al turismo, la construcción y los servicios (se habla de 16, 631 millones de pesos del presupuesto federal comprometidos por Fondo Nacional de Fomento al Turismo, tan solo en la primera etapa, más lo que se ejerza de manera indirecta para el control social, que equivale al 35% de lo que operarán secretarias como la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural, en todo el año. Bajo la falacia del desarrollo local, la estrategia para este 2020 es clara, a la oposición se le recibe con “apoyos” o con balazos. Nota de ello es la adaptación de programas sociales como “Sembrando Vida”, para reforestar la selva virgen “improductiva” y hacerla comercialmente productiva (destruyendo lo que por siglos las comunidades indígenas han protegido, combinado con el desvió de recursos de Vivienda Social hacia las zonas económicas especiales que según AMLO ya habían desaparecido. Y de no funcionar, la desaparición de líderes en conjunto con el linchamiento mediático y social seguirá siendo la principal arma del régimen actual para el control social. Tal es el caso de la reciente manifestación del Consejo Nacional Indígena-Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), exigiendo justicia por el caso de Samir, y buscando detener los megaproyectos en el sur del país. En donde, la respuesta del gobierno ha sido hacer caso omiso (como la declaración de Adelfo Regino, supuesto dirigente indígena del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas que no abrirá diálogo con las comunidades indígenas en la región ni en el país si no se suman a los intereses “nacionales”) o la calumnia mediática insinuando de que el EZLN sea parte del Estado Islámico o la represión directa como el secuestro y la extorsión ilegal por 24 horas de 10 habitantes en Chiapas, por poner una lona en contra de los megaproyectos. Por ello convocamos a seguir construyendo la unidad de los campesinos-indígenas y de todo el pueblo frente el postneoliberalismo oficial.