El 10 de abril de 1919 fue asesinado a traición Emiliano Zapata, revolucionario que encabezó la lucha por la repartición de la tierra y mayores libertades democráticas durante la revolución mexicana.
De las demandas del movimiento agrario zapatista a la fecha, aquella demanda de “la tierra es para quien la trabaja” no ha quedado nada. Desde la imposición del TLC en 1994 nos hicieron más dependientes en un 80% de la importación de granos provenientes de Estados Unidos, en tanto que se abrieron las puertas a empresas mineras canadienses para devastar el subsuelo nacional para que se llevaran el oro y demás metales preciosos.
El campo mexicano y los campesinos han sido abandonados a su suerte, las medidas asistencialistas nunca sirvieron ni servirán para hacer que los campesinos pobres puedan mejorar sus cosechas, en cambio a lo largo de los años caciques, latifundistas y burgueses se hicieron de miles de hectáreas para usufructuar la tierra y quedarse con las ganancias.
En México empresas como Monsanto, Nestle, Bimbo, Discoll, Constelation Brands, Fortuna Silver, Coca Cola y muchas más, ocupan el campo mexicano para extraer todos sus recursos naturales, convirtiendo a los campesinos y migrantes, en obreros agrícolas. Lo que sucedió en San Quintín, Baja California con una de las irrupciones de los obreros agrícolas que exigían acceder a derechos, solo evidenció como los grandes emporios agrícolas, mineros y refresqueros utilizan a los mexicanos como mano de obra barata.
En el contexto actual muchas de esas empresas han despedido a buena parte de sus trabajadores, en las comunidades los campesinos apenas y sobreviven con programas asistencialistas y lo poco que logran comercializar sus productos mal pagados a través de coyotes o bien en mercados locales.
La crisis económica y sanitaria que atraviesa nuestro país se refleja también en el campo mexicano, y la respuesta sigue siendo la misma: Organizar a los campesinos pobres y obreros agrícolas de nuestro país para obtener mejores condiciones de vida; no podemos permitir que la crisis sea descargada sobre las espaldas de los trabajadores del campo y la ciudad. Mantenemos la exigencia por un mejor sistema de salud y garantizar las condiciones y equipamiento necesario para los trabajadores de la salud en su labor; por el abasto alimentario popular en el campo y la ciudad; y la creación de empleos con salarios dignos.
En cualquier condición que sea, el General Emiliano Zapata dio la lucha, hoy en medio de una situación particular, debemos mantenernos organizados y preparar nuestras fuerzas para dar una respuesta de los de abajo sobre las decisiones que han tomado los de arriba.
¡Zapata vive, la lucha sigue!
¡Que la crisis la paguen los ricos!
¡Unidad de todo el pueblo por la emancipación proletaria!
Frente Popular Revolucionario
Oaxaca, Ciudad de la Resistencia 10 de abril 2020