En términos estadísticos respecto a los resultados electorales, en las pasadas elecciones, hay una clara tendencia a que en México sigamos al viejo esquema presidencialista del poder absoluto en manos de un solo personaje y su Partido electorero (Morena). Sin embargo, hay que resaltar que el nivel de aceptación del régimen de AMLO según encuestadoras no contrasta con los votos obtenidos por Morena el pasado 5 de junio, esto quiere decir, que permea un ambiente de populismo y caudillismo sobre la individualidad de AMLO, situación que no figuró en los resultados electorales, quizás porque se empieza a dar un desencanto de los pueblos de México hacia el Partido en el poder ante sus prácticas retrograda reiteradas en diferentes estados del país donde gobierna, en los cuales han reprimido, desconocido la lucha de los pueblos, burocratizando sus gobiernos locales, y lo peor, relaciones con el crimen organizado, quienes son utilizados para intimidar a dirigentes sociales como es el caso de la compañera militante del FPR en la región de Tuxtepec Oaxaca, quien tuvo que salir huyendo de su pueblo ante el “diálogo” de las balas del gobierno morenista de esa región.

Por esos y otros motivos, los pueblos de México, tienen memoria, y sin duda hubo un alto abstencionismo electoral, lo que podría ser un voto de castigo en contra del Partido en el poder y sus prácticas represivas y de dádivas que han realizado en donde son actualmente gobierno.

Ya se abrió la carrera para la sucesión presidencial y cada vez está más claro que el delfín de AMLO es Claudia Sheinbaum, que su posible opositor sea Ricardo Monreal, que en esencia no hay realmente una perspectiva de un verdadero representante popular, por el contrario, ambos representan la continuidad del modelo económico neoliberal

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Por PCMML

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