El enroque en la SEP: una maniobra para coronar la política educativa neoliberal y profundizar el proceso privatizador de la educación pública
Súbitamente, el 16 de diciembre de 2020, el Presidente de la República anunció el nombramiento de Esteban Moctezuma Barragán como embajador de México en Estados Unidos. Luego de 2 años al frente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), este tecnócrata neoliberal se convertirá en interlocutor directo con quienes administran los intereses del capital transnacional y del imperialismo norteamericano.
Una semana después, en la conferencia mañanera del 21 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) anunció que Delfina Gómez Álvarez se convertirá en la primera “maestra frente a grupo” que dirigirá la máxima institución rectora de la educación en el país.
En 2 años al frente de la SEP, Esteban Moctezuma no hizo ningún aporte significativo a la educación pública, por el contrario, continuó y profundizó la política anti laboral y administrativa contra los trabajadores de la educación. La bandera denominada “Nueva Escuela Mexicana” sólo fue un eslogan mediático con el que el gobierno de AMLO enmascaró la aplicación de la mal llamada reforma educativa impuesta por el prianismo. Junto a la consigna de “primero los pobres”, la promesa de “abrogar la mal llamada reforma educativa” sólo fue un discurso de campaña electoral.
Las normas y reglamentos de las leyes secundarias operadas por la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) mantiene a los trabajadores de la educación en un estado de excepción laboral (fuera del Artículo 123 Constitucional), además, cortan de tajo los derechos laborales, sindicales, profesionales y sociales alcanzados durante décadas de lucha. Igual que en la economía, la pandemia profundizó la crisis de la educación pública y fortaleció la privatización de la misma. Amparado en la contingencia sanitaria, el régimen de la autodenominada Cuarta Transformación (4T) firmó el “Convenio por la Educación” y puso en manos de las televisoras la rectoría del proceso educativo a través de un contrato leonino con el que faculta a 4 monopolios televisivos difundir clases a 30 millones de alumnos de 16 grados escolares.
La educación en línea o a distancia, se constituyó en un ensayo pedagógico y administrativo que ahonda la privatización de la educación, impone el trabajo a distancia (teletrabajo) y sustituye al docente de grupo por un “asesor en línea” atendiendo a miles de alumnos frente a una pantalla.
Como fiel servidor de la oligarquía y personaje de confianza de AMLO, Esteban Moctezuma logró resultados efectivos para el régimen en la mediatización y desmovilización de la CNTE. Por tanto, el cambio en la SEP no es un cambio en política educativa, es más bien una maniobra política electoral, un enroque de piezas en la relación política y económica con el imperialismo norteamericano.
Hasta hoy Delfina Gómez no ha hecho ninguna declaración pública, lo que indica que sólo acatará indicaciones e instrumentará la mal llamada reforma educativa maquillada por el régimen de la 4ªT. Por lo pronto, la agrupación empresarial “Mexicanos Primero”, las distintas facciones del charrismo en el SNTE (Elba Esther Gordillo, Alfonso Cepeda, Rafael Ochoa), incluso algunos tránsfugas y traidores de la CNTE han manifestado su beneplácito por el nombramiento de una “maestra de primaria frente a grupo” como titular de la SEP.
Si alguien tiene dudas, Delfina Gómez nunca militó en la CNTE, jamás se opuso a la mal llamada reforma educativa. El hecho de ser maestra y que haya estado frente a grupo, o que provenga de un estrato social humilde, no garantiza que tenga una visión clara acerca de las necesidades educativas del país.
La carrera de Delfina Gómez en el magisterio siempre se supeditó a la política electoral. Actualmente es senadora de la República con licencia, cargo del que se separó para fungir como delegada federal de programas del Bienestar en el estado de México. Fue diputada federal, Presidente Municipal de Texcoco y en 2017 candidata de MORENA a la gubernatura del estado de México.
Por todo lo anterior, la lucha de la CNTE por sus objetivos estratégicos ahora es más vigente que nunca. El magisterio democrático nacional, desde cada contingente consolidado o emergente, está llamado a retomar la ruta política organizativa hacia el Congreso Nacional, un congreso que deslinde de la política conciliadora y oportunista de algunos de sus dirigentes, que han mediatizado y desmovilizado a la CNTE, que la han separado del pueblo y la clase trabajadora, que la han alejado de la lucha de clases.