En la educación, sin tomar en cuenta que la inmensa mayoría del país no cuenta con conectividad al internet, la Secretaría de Educación Pública impuso el trabajo desde casa para docentes y alumnos durante la pandemia del Covid-19.

Lo que la reforma educativa de Enrique Peña Nieto no pudo imponer en su totalidad, López Obrador con su discurso de la Nueva Escuela Mexicana lo ha hecho en menos de dos años. Es decir, en Guerrero durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, a pesar de la intensa propaganda, amenazas y despidos, no logró que los docentes se incorporaran a los cursos en línea, ni que presentaran evidencias y menos el examen de evaluación. Mientras que en los casi dos años de AMLO y particularmente en esta pandemia, una gran cantidad de docentes se han inscrito a los cursos en línea, envían evidencias y reciben indicaciones, todo a distancia; simulando que los alumnos aprenden desde casa.

Asimismo, a pesar que, en sus diversos decretos, acuerdos y circulares, promueve la descarga administrativa de docentes y directivos de escuelas, la Secretaría de Educación Pública de la 4ªT no se diferencia en nada de las administraciones sexenales anteriores; y como lo hemos afirmado en otras ocasiones, hay una continuidad con los planes, programas de estudio y modelo educativo que promueve la privatización de la educación, fiel herencia del neoliberalismo-peñismo.

La coyuntura económica y política que se abrió con la pandemia del Covid-19, la burguesía del sector II de la economía pretende aprovecharla, en este caso, para seguir imponiendo una educación que prioriza la formación de mano de obra barata, haciendo apología del uso de las plataformas digitales y de la información para prescindir de las clases presenciales y de los trabajadores de la educación; quienes hasta el día de hoy representan un obstáculo para sus fines de privatización y arraigo de la ignorancia del pueblo.

Los avances tecnológicos en el terreno de la información y de la comunicación, así como en los distintos campos de la sociedad, debiesen significar un menor trabajo y mejores niveles de disfrute y de descanso para los trabajadores; sin embargo, sucede todo lo contrario: más desempleo, mayor explotación y miseria para la clase obrera, por un lado, y, por el otro, mayor concentración de capital y mayores ganancias para la burguesía. El desarrollo permanente de las fuerzas productivas choca constantemente con las relaciones sociales de explotación que prevalecen en nuestra sociedad.

Pero este periodo de crisis también debe ser aprovechada por los trabajadores de la educación, para seguir impulsando la organización y la lucha por una educación científica, laica, democrática y popular, al lado de la clase obrera y del pueblo; orientando la rebeldía y el rechazo a las medidas de control fascista y la militarización por parte de las colonias, pueblos y comunidades, para desarrollar y construir la Asamblea Nacional del Proletariado y los Pueblos de México, por el socialismo y el comunismo.

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Por PCMML

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